miércoles, 30 de julio de 2008

ELEGÍA A LA MUERTE DE RAMÓN SIJÉ




(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me
ha muerto como del rayo, Ramón Sijé,
a quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas,
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano está rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes,
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera,
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas
y tu sangre se irá a cada lado,
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas,
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


Elegía a Ramón Sijé

3 comentarios:

Idea dijo...

Tendrá que disculparme por dos cosas, una que será corregirlo, la otra, disfrutarlo.
El poema de Miguel Hernández, en su dedicatoria dice:

En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo, Ramón Sijé, con quien tanto quería.

Notará, que las diferencias son sustanciales, la preposición con habla de una mayor cercanía que la preposición a. "como de un rayo" a su vez no es lo mismo que "como el rayo"
Por último cuando dice "Quiero minar la tierra hasta encontrarte", usted puso, mirar.

Por lo demás, nunca nadie dirá "el dolor" como lo ha dicho él.

Idea dijo...

Mire que es terco usted y a veces, aunque no lo crea posible, no tiene razón. Le puedo prestar la Antología comentada de Miguel Hernández, publicada por Ediciones de la Torre, una magnífica edición, igual, hasta puedo regalársela.
Un beso Idea

nadie dijo...

Un pedido encarecido, cambie el color de la fuente, en mi monitor no se ve nada , y me veo obligada a seleccionar el texto para poder leer.

Gracias


PD: Tuve la suerte o la desgracia de conocer Orihuela. No podría emitir comentario alguno libre de ofensa.