domingo, 10 de agosto de 2008

FUNERAL BLUES



Paren todos los relojes, corten el teléfono,
eviten que el perro ladre con un jugoso hueso,
callen los pianos y con un apagado golpeteo,
saquen el ataúd, dejen que las plañideras vengan.

Dejen que los aviones giren, gimiendo, sobre nosotros,
garabateando en el cielo el mensaje "Él está muerto",
pongan crespones en los cuellos blancos de las palomas de la calle,
dejen que los agentes de tráfico lleven guantes negros de algodón.

Él fue mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso de domingo,
mi amanecer, mi medianoche, mi charla, mi canción;
pensaba que el amor duraría por siempre: estaba equivocado.

Las estrellas no son deseables ahora: apáguenlas una a una;
empaquen la luna y desmantelen el sol.
Vacíen lejos el mar y arrasen el bosque;
porque ahora nada de lo que llegue puede ser bueno.

No hay comentarios: